martes, 19 de julio de 2016

Evolucionismo


La Antropología como término es conocida desde el siglo XVII (Tocarev, 1989, en Restrepo, 2009, p.10), sin embargo muchos de los antropólogos de los siglos anteriores concuerdan que es hasta la aparición de la concepción evolucionista que inicia realmente la antropología moderna (Restrepo, 2009, p.10). El concepto de evolución, por su parte era divulgado cerca del siglo XIX, en disciplinas como la filosofía y algunos espacios de reflexión social (Restrepo, 2009, p.11) antes de que fuera popularizado por Charles Darwin desde su perspectiva biológica.
No obstante, el evolucionismo como corriente del pensamiento antropológico, se subscribe posteriormente de la publicación del naturalista Darwin, con su libro “El origen de las especies”, en el siglo XIX. Darwin en su texto “la teoría de la evolución”, formula tres postulados: la existencia de un ancestro en común para todos los seres vivos, la selección natural de los individuos más aptos y la lucha por sobrevivir en un ambiente determinado (Gasché, 2010, p. 3). A partir de estos planteamientos teóricos, inician diversas críticas rechazando y aprobando los postulados de Darwin. El objetivo de la idea evolucionista desde la perspectiva biológica es explicar el origen de todas las especies animales y vegetales que se encuentran en el mundo, así como describir los mecanismos que han creado la diversidad biológica actual. De esta forma muchas de las ideas que se derivan del trabajo de Darwin tuvieron un profundo impacto en el desarrollo de la Antropología, lo que inspiró a diversos autores posteriormente.
En la antropología, las ideas evolucionistas fueron presentadas principalmente por autores como Tylor (1832 - 1917), Morgan (1818 - 1881), quienes desarrollaron en sus escritos tres estadios (salvajismo, barbarie y civilización) para explicar la evolución de los rasgos culturales en los grupos humanos; posteriormente Frazer (1854 - 1941) desarrolla otros estadios (magia, religión y ciencia) con el mismo fin (Restrepo, 2009, p.11). A la terminología utilizada por los autores anteriores se le conoce evolucionismo cultural, este puede ser explicado como: el aporte de la cultura y la búsqueda de los nexos, especialmente aquellos de rasgo cultural para tratar de explicar al hombre en un grupo (Castro, 2005, p.12).
Por otro lado, se ha generado una gran discusión acerca del evolucionismo social o Darwinismo social, formulado por Spencer, sobre la aplicación de la teoría de la evolución a las sociedades (Espina, 2005, p. 2). El Darwinismo social fue aceptado en algunos países de corte imperialista y por grandes académicos, sin embargo también fue motivo de rechazo por sus explicaciones de inferioridad hacia otros seres humanos (Holmes, 2001, p.8). Es importante recalcar que algunos autores suelen poner el evolucionismo cultural y social como un mismo concepto, sin llegar a un acuerdo. En adelante no se hará distinción entre evolucionismo social y cultural, siguiendo el pensamiento de Tylor.
Para la antropología, estos postulados evolucionistas crearon un rumbo diferente, pues fundaron el inicio de la primera escuela del pensamiento antropológico, suceso que marca a la antropología como una ciencia social y la dirige hacia el fortalecimiento de sus ideas hasta la actualidad. Además como parte de las consecuencias que trajo consigo el evolucionismo, se presenta el cambio repentino de la doctrina creacionista, esto quiere decir una revolución en el pensamiento de la época (Claramonte, 2010, p.23).
Contexto histórico
Históricamente, la propuesta evolucionista podría entenderse desde el colonialismo y la conquista en sí en Latinoamérica, puesto que la expansión del mismo y los cambios en Europa, trajeron gran influencia en el imaginario (político, social y tecnológico). Los europeos atravesaron grandes transformaciones de pensamiento y fueron reflejadas paralelamente en sucesos tecnológicos como la revolución industrial. El evolucionismo de este siglo representa el reconocimiento de la racionalidad y la identificación de un “otro”, que podía encontrase en estado de salvajismo, barbarie o civilización (Restrepo, 2009, p.13).
     La Ilustración por su parte, fue uno de los momentos más importantes, ya que fomento movimientos culturales e intelectuales donde la razón era la herramienta para disipar los problemas de la humanidad, y como (Harris, 1979, p. 9) lo define fue la efervescencia intelectual que precedió a la revolución francesa que de alguna u otra forma limito la posición de una doctrina.
Elementos relevantes del evolucionismo
La corriente teórica evolucionista proyecta diversas ideas, entre estas es importante mencionar como primera, la universalidad de las capacidades mentales(Restrepo, 2009, p. 12), este factor es fundamental pues indica que todos los seres humanos son capaces en la misma medida, esta idea se proyectó por los posicionamientos de algunos antropólogos que pensaban que “ las razas” y las “sociedades primitivas”, aunque diferentes seguían siendo seres humanos y grupos humanos que habían caído en un proceso de degeneración, por lo cual estrictamente debían compartir la misma especie y el mismo sustrato biológico y psíquico.
La segunda idea puede verse reflejada en la existencia de escalas o etapas que de alguna forma cuantifican el nivel de “desarrollo”, esto quiere decir que todos los grupos necesitan pasar por cada una de estas etapas para ser considerados grupos complejos. Y como es de suponer algunos grupos se encuentran en un estado primitivo, otros en estado medio o intermedio y los últimos en una constitución absoluta. También se le llama a esta generalidad “concepción etapista”.
    Seguidamente es Morgan (1887, pp. 33-51), quien plantea que existe un desenvolvimiento de la inteligencia a través de las invenciones y descubrimientos, esto podría ser traducido diciendo que los avances en la tecnología y la organización en grupos o instituciones reflejan una concepción evolucionista del ser humano. Y por lo tanto es comprensible brindar una interpretación de cómo ha evolucionado el ser humano con respecto a otros organismos existentes. Morgan primordialmente se interesa por la evolución social de las familias considerando la monogamia como parte de la civilización y todas las formas de representación de la familia en sí, tomando en cuenta que estas se constituían en las bases de la necesidad socio económica y evolucionaban en las mismas tres etapas: salvajismo, barbarie y civilización que han sido mencionadas anteriormente y que fueron importantes en sus textos y formulaciones.
    Tal como propone Frazer (1981, pp.33-74), desde su perspectiva metodológica y evolucionista, en su libro “La rama dorada”, puede explicarse el evolucionismo también en términos de ciencia, magia y religión, pues menciona que ninguno de estos tres factores pueden ser independientes entre sí, por lo tanto deben así estar compilados para funcionar adecuadamente, esto quiere decir que se necesita de la magia como primer factor para desembocar en la religión ( sea esto por un fallo de la magia misma) y finalmente proceder a la ciencia, tomando en cuenta los mismos principios generales. Frazer, quién fue criticado por su propuesta concentra una serie de mitos y demás elementos que tienen relación con la magia y la religión en su obra, todos estos pertenecientes a distintos grupos culturales, conllevan a una percepción universal y que es frecuente en las proposiciones que relacionan la teoría de la evolución.
    Como contraparte de los postulados evolucionistas, algunos autores, rechazan estas concepciones. Dussel se refiere a la justificación Europea para mitigar la barbarie y así salvar a los “inocentes” de las culturas bárbaras, en el caso de la conquista de América, además alude que la visión de Barbarie y demás etapas se encuentran en un marco eurocentrista, donde la civilización se relata como el único carácter emancipador (Dussel, 1994, p.72). Esto se refiere al rumbo que tomo la teoría evolucionista en las sociedades europeas.
    Por su parte Fran Boas (1858- 1881), posiciona su particularismo histórico desde la escuela americana del pensamiento, como la línea opuesta al evolucionismo, incluyendo ideas como que cada cultura es única, es relativa y no se generaliza, también la existencia de un determinismo geográfico. Boas fomenta con ello el método inductivo en la antropología (Boas, 1964, pp.153- 165).

En la actualidad el evolucionismo podría interpretarse desde la concepción etapista por medio de un estado neoliberal y que a su vez sea capitalista. Tomando como punto de referencia a Costa Rica y parte de América latina, hace aproximadamente unos veinte años atrás, debe decirse, que no era frecuente ni perceptible los cambios que trae la globalización, en materia de telefonía celular o telefonía de tercera generación, sin embargo en cuestión de cinco años o menos, la expansión y adopción de estos aparatos en la cotidianidad de los y las costarricenses ha producido en los mismos una necesidad a su utilización. Y es este ejemplo uno de los pocos que trae las fases progresistas del capitalismo, pues también ha incrementado la búsqueda de una monocultura (una única cultura a nivel global) y estandarización de los elementos culturales (idioma, comida, entre otros) donde se refleje el progreso tecnológico y los rasgos distintivos de cada grupo (o culturales) sean, además de universales, adquiridos por todos los habitantes del planeta en algún momento de sus vidas.
El estado capitalista supone que cada nación alcance las mismas condiciones de “desarrollo” tarde o temprano a medida que se implementan sus acciones, por lo cual deben aparecer clases (proletariado y burguesía) que sean compiladas como parte del desarrollo económico y social del estado mismo. Este hecho puede también ser explicado desde las relaciones de poder, tomando en cuenta como América Latina ha sido territorio de dominio imperial de los Estados Unidos después de la segunda guerra mundial, donde es evidente la existencia de una concepción global del desarrollo del capitalismo y el imperialismo como un proceso y no como una etapa superior de su mismo desarrollo (Coronil, 2003, p. 18).

Referencias Bibliográficas
Boas, F. (1964). "Raza, lengua y cultura". En: Cuestiones Fundamentales de Antropología Cultural. Solar/Hachette, Buenos Aires, pp.153-165.
Castro, C. (2005). Evolucionismo cultural. Textos de Morgan, Tylor e Frazer. Jorge ZAHAR Rio de Janeiro Editor, p.12.
Claramonte, V. (2010). Darwin: de dónde y adonde. Antecedentes y consecuencias del pensamiento evolucionista. Departamento de lógica y filosofía de la ciencia. Universidad de valencia, p.23.
Coronil, F. (2003). ¿Globalización liberal o imperialismo global? Cinco piezas de un rompecabezas. Universidad de Michigan. Temas no. 33-34: 14-27, abril-septiembre, p.18.
Dussel, E. (1994). 1492: El encubrimiento del otro: hacia el origen del mito de la modernidad. UMSA. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación Plural Editores, p.72.
Espina, A. (2005). El darwinismo social: de Spencer a Bagehot. En Revista española de investigaciones sociológicas abril- junio, p. 2.
Frazer, J, G. (1981). La Rama Dorada. Magia y Religión. Fondo de cultura económica, México, Madrid, Buenos Aires, Cap. III. Magia simpatética, pp. 33-74. Versión digital del Google Drive del curso teorías antropológicas I.
Gasché, J. (2010). Darwinismo y evolucionismo en la antropología. Programa socio diversidad, Iquitos. Fondo editorial de la universidad científica del Perú, p. 3.
Harris, M. (1979). El desarrollo de la teoría antropológica. Historia de las teorías de la cultura. Traducido por Ramón Valdés del toro. Edición reimpresa, siglo XXI de España, p.9.
Holmes, B. (2001). Herbert Spencer (1820- 1903). En Perspectivas: revista trimestral de educación comparada (París. UNESCO: Oficina Internacional de Educación), vol. XXIV, nos 3-4, p.8.
Morgan, L, H. (1887 original): La sociedad primitiva: Parte I: El desenvolvimiento de la inteligencia a través de invenciones y descubrimientos, pp.33-51. Versión digital del Google Drive del curso teorías antropológicas I.
Restrepo, E. (2009). Escuelas del pensamiento antropológico I, clásicos. Programa de Antropología. Fundación Universitaria Claretiana Quibdó, agostoseptiembre, pp. 10- 13.
Tokarev, (1989). En Restrepo, E. (2009). Escuelas del pensamiento antropológico I, clásicos. Programa de Antropología. Fundación Universitaria Claretiana Quibdó, agostoseptiembre, pp. 10- 13.

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