La
Antropología como término es conocida desde el siglo XVII (Tocarev,
1989, en Restrepo, 2009, p.10), sin embargo muchos de los
antropólogos de los siglos anteriores concuerdan que es hasta la
aparición de la concepción evolucionista que inicia realmente la
antropología moderna (Restrepo, 2009, p.10). El concepto de
evolución, por su parte era divulgado cerca del siglo XIX, en
disciplinas como la filosofía y algunos espacios de reflexión
social (Restrepo, 2009, p.11) antes de que fuera popularizado por
Charles Darwin desde su perspectiva biológica.
No
obstante, el evolucionismo como corriente del pensamiento
antropológico, se subscribe posteriormente de la publicación del
naturalista Darwin, con su libro “El origen de las especies”, en
el siglo XIX. Darwin en su texto “la teoría de la evolución”,
formula tres postulados: la existencia de un ancestro en común para
todos los seres vivos, la selección natural de los individuos más
aptos y la lucha por sobrevivir en un ambiente determinado (Gasché,
2010, p. 3). A partir de estos planteamientos teóricos, inician
diversas críticas rechazando y aprobando los postulados de Darwin.
El objetivo de la idea evolucionista desde la perspectiva biológica
es explicar el origen de todas las especies animales y vegetales que
se encuentran en el mundo, así como describir los mecanismos que han
creado la diversidad biológica actual. De esta forma muchas de las
ideas que se derivan del trabajo de Darwin tuvieron un profundo
impacto en el desarrollo de la Antropología, lo que inspiró a
diversos autores posteriormente.
En
la antropología, las ideas evolucionistas fueron presentadas
principalmente por autores como Tylor (1832 - 1917), Morgan (1818 -
1881), quienes desarrollaron en sus escritos tres estadios
(salvajismo, barbarie y civilización) para explicar la evolución de
los rasgos culturales en los grupos humanos; posteriormente Frazer
(1854 - 1941) desarrolla otros estadios (magia, religión y ciencia)
con el mismo fin (Restrepo, 2009, p.11). A la terminología utilizada
por los autores anteriores se le conoce evolucionismo cultural, este
puede ser explicado como: el aporte de la cultura y la búsqueda de
los nexos, especialmente aquellos de rasgo cultural para tratar de
explicar al hombre en un grupo (Castro, 2005, p.12).
Por
otro lado, se ha generado una gran discusión acerca del
evolucionismo social o Darwinismo social, formulado por Spencer,
sobre la aplicación de la teoría de la evolución a las sociedades
(Espina, 2005, p. 2). El Darwinismo social fue aceptado en algunos
países de corte imperialista y por grandes académicos, sin embargo
también fue motivo de rechazo por sus explicaciones de inferioridad
hacia otros seres humanos (Holmes, 2001, p.8). Es importante recalcar
que algunos autores suelen poner el evolucionismo cultural y social
como un mismo concepto, sin llegar a un acuerdo. En adelante no se
hará distinción entre evolucionismo social y cultural, siguiendo el
pensamiento de Tylor.
Para
la antropología, estos postulados evolucionistas crearon un rumbo
diferente, pues fundaron el inicio de la primera escuela del
pensamiento antropológico, suceso que marca a la antropología como
una ciencia social y la dirige hacia el fortalecimiento de sus ideas
hasta la actualidad. Además como parte de las consecuencias que
trajo consigo el evolucionismo, se presenta el cambio repentino de la
doctrina creacionista, esto quiere decir una revolución en el
pensamiento de la época (Claramonte, 2010, p.23).
Contexto
histórico
Históricamente,
la propuesta evolucionista podría entenderse desde el colonialismo y
la conquista en sí en Latinoamérica, puesto que la expansión del
mismo y los cambios en Europa, trajeron gran influencia en el
imaginario (político, social y tecnológico). Los europeos
atravesaron grandes transformaciones de pensamiento y fueron
reflejadas paralelamente en sucesos tecnológicos como la revolución
industrial. El evolucionismo de este siglo representa el
reconocimiento de la racionalidad y la identificación de un “otro”,
que podía encontrase en estado de salvajismo, barbarie o
civilización (Restrepo, 2009, p.13).
La
Ilustración por su parte, fue uno de los momentos más importantes,
ya que fomento movimientos culturales e intelectuales donde la razón
era la herramienta para disipar los problemas de la humanidad, y como
(Harris, 1979, p. 9) lo define fue la efervescencia intelectual que
precedió a la revolución francesa que de alguna u otra forma limito
la posición de una doctrina.
Elementos
relevantes del evolucionismo
La
corriente teórica evolucionista proyecta diversas ideas, entre estas
es importante mencionar como primera, la universalidad de las
capacidades mentales(Restrepo, 2009, p. 12), este factor es
fundamental pues indica que todos los seres humanos son capaces en la
misma medida, esta idea se proyectó por los posicionamientos de
algunos antropólogos que pensaban que “ las razas” y las
“sociedades primitivas”, aunque diferentes seguían siendo seres
humanos y grupos humanos que habían caído en un proceso de
degeneración, por lo cual estrictamente debían compartir la misma
especie y el mismo sustrato biológico y psíquico.
La
segunda idea puede verse reflejada en la existencia de escalas o
etapas que de alguna forma cuantifican el nivel de “desarrollo”,
esto quiere decir que todos los grupos necesitan pasar por cada una
de estas etapas para ser considerados grupos complejos. Y como es de
suponer algunos grupos se encuentran en un estado primitivo, otros en
estado medio o intermedio y los últimos en una constitución
absoluta. También se le llama a esta generalidad “concepción
etapista”.
Seguidamente
es Morgan (1887, pp. 33-51), quien plantea que existe un
desenvolvimiento de la inteligencia a través de las invenciones y
descubrimientos, esto podría ser traducido diciendo que los avances
en la tecnología y la organización en grupos o instituciones
reflejan una concepción evolucionista del ser humano. Y por lo tanto
es comprensible brindar una interpretación de cómo ha evolucionado
el ser humano con respecto a otros organismos existentes. Morgan
primordialmente se interesa por la evolución social de las familias
considerando la monogamia como parte de la civilización y todas las
formas de representación de la familia en sí, tomando en cuenta que
estas se constituían en las bases de la necesidad socio económica y
evolucionaban en las mismas tres etapas: salvajismo, barbarie y
civilización que han sido mencionadas anteriormente y que fueron
importantes en sus textos y formulaciones.
Tal como propone Frazer (1981, pp.33-74), desde su perspectiva
metodológica y evolucionista, en su libro “La rama dorada”,
puede explicarse el evolucionismo también en términos de ciencia,
magia y religión, pues menciona que ninguno de estos tres factores
pueden ser independientes entre sí, por lo tanto deben así estar
compilados para funcionar adecuadamente, esto quiere decir que se
necesita de la magia como primer factor para desembocar en la
religión ( sea esto por un fallo de la magia misma) y finalmente
proceder a la ciencia, tomando en cuenta los mismos principios
generales. Frazer, quién fue criticado por su propuesta concentra
una serie de mitos y demás elementos que tienen relación con la
magia y la religión en su obra, todos estos pertenecientes a
distintos grupos culturales, conllevan a una percepción universal y
que es frecuente en las proposiciones que relacionan la teoría de la
evolución.
Como
contraparte de los postulados evolucionistas, algunos autores,
rechazan estas concepciones. Dussel se refiere a la justificación
Europea para mitigar la barbarie y así salvar a los “inocentes”
de las culturas bárbaras, en el caso de la conquista de América,
además alude que la visión de Barbarie y demás etapas se
encuentran en un marco eurocentrista, donde la civilización se
relata como el único carácter emancipador (Dussel, 1994, p.72).
Esto se refiere al rumbo que tomo la teoría evolucionista en las
sociedades europeas.
Por
su parte Fran Boas (1858- 1881), posiciona su particularismo
histórico desde la escuela americana del pensamiento, como la línea
opuesta al evolucionismo, incluyendo ideas como que cada cultura es
única, es relativa y no se generaliza, también la existencia de un
determinismo geográfico. Boas fomenta con ello el método inductivo
en la antropología (Boas, 1964, pp.153- 165).
En
la actualidad el evolucionismo podría interpretarse desde la
concepción etapista por medio de un estado neoliberal y que a su vez
sea capitalista. Tomando como punto de referencia a Costa Rica y
parte de América latina, hace aproximadamente unos veinte años
atrás, debe decirse, que no era frecuente ni perceptible los cambios
que trae la globalización, en materia de telefonía celular o
telefonía de tercera generación, sin embargo en cuestión de cinco
años o menos, la expansión y adopción de estos aparatos en la
cotidianidad de los y las costarricenses ha producido en los mismos
una necesidad a su utilización. Y es este ejemplo uno de los pocos
que trae las fases progresistas del capitalismo, pues también ha
incrementado la búsqueda de una monocultura (una única cultura a
nivel global) y estandarización de los elementos culturales (idioma,
comida, entre otros) donde se refleje el progreso tecnológico y los
rasgos distintivos de cada grupo (o culturales) sean, además de
universales, adquiridos por todos los habitantes del planeta en algún
momento de sus vidas.
El
estado capitalista supone que cada nación alcance las mismas
condiciones de “desarrollo” tarde o temprano a medida que se
implementan sus acciones, por lo cual deben aparecer clases
(proletariado y burguesía) que sean compiladas como parte del
desarrollo económico y social del estado mismo. Este hecho puede
también ser explicado desde las relaciones de poder, tomando en
cuenta como América Latina ha sido territorio de dominio imperial de
los Estados Unidos después de la segunda guerra mundial, donde es
evidente la existencia de una concepción global del desarrollo del
capitalismo y el imperialismo como un proceso y no como una etapa
superior de su mismo desarrollo (Coronil, 2003, p. 18).
Referencias
Bibliográficas
Boas,
F. (1964). "Raza, lengua y cultura". En: Cuestiones
Fundamentales de Antropología Cultural. Solar/Hachette, Buenos
Aires, pp.153-165.
Castro,
C. (2005). Evolucionismo cultural. Textos de Morgan, Tylor e Frazer.
Jorge ZAHAR Rio de Janeiro Editor, p.12.
Claramonte,
V. (2010). Darwin: de dónde y adonde. Antecedentes y consecuencias
del pensamiento evolucionista. Departamento de lógica y filosofía
de la ciencia. Universidad de valencia, p.23.
Coronil,
F. (2003). ¿Globalización liberal o imperialismo global? Cinco
piezas de un rompecabezas. Universidad de Michigan. Temas no. 33-34:
14-27, abril-septiembre, p.18.
Dussel,
E. (1994). 1492: El encubrimiento del otro: hacia el origen del mito
de la modernidad. UMSA. Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación Plural Editores, p.72.
Espina,
A. (2005). El darwinismo social: de Spencer a Bagehot. En Revista
española de investigaciones sociológicas abril- junio, p. 2.
Frazer,
J, G. (1981). La Rama Dorada. Magia y Religión. Fondo de cultura
económica, México, Madrid, Buenos Aires, Cap. III. Magia
simpatética, pp. 33-74. Versión digital del Google Drive del curso
teorías antropológicas I.
Gasché,
J. (2010). Darwinismo y evolucionismo en la antropología. Programa
socio diversidad, Iquitos. Fondo editorial de la universidad
científica del Perú, p. 3.
Harris,
M. (1979). El desarrollo de la teoría antropológica. Historia de
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Edición reimpresa, siglo XXI de España, p.9.
Holmes,
B. (2001). Herbert Spencer (1820- 1903). En Perspectivas: revista
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Morgan,
L, H. (1887 original): La sociedad primitiva: Parte I: El
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descubrimientos, pp.33-51. Versión digital del Google Drive del
curso teorías antropológicas I.
Restrepo,
E. (2009). Escuelas del pensamiento antropológico I, clásicos.
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Quibdó, agosto‐septiembre,
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Tokarev,
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antropológico I, clásicos. Programa de Antropología. Fundación
Universitaria Claretiana Quibdó, agosto‐septiembre,
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