martes, 19 de julio de 2016

El enfoque histórico cultural en la arqueología


       La arqueología es la reconstrucción del pasado, atesorar los elementos que constituyen nuestra historia. El arqueólogo por su parte es una analista científico, que se postra bajo el sol en las excavaciones y trabaja exhaustivamente en el laboratorio con los tiestos y demás artefactos encontrados en los sitios (Renfrew & Bahn, 2004, p. 9). La arqueología ha atravesado por diversas corrientes que han influenciado su aplicación.
El evolucionismo cultural, fue la corriente de pensamiento que predomino en Europa en el siglo XX, el evolucionismo Darwiniano o biológico, empezó a no ser la cuestión principal en las discusiones, por su parte el tema de etnicidad y el nacionalismo se convirtieron en los ejes centrales de toda crítica (Trigger, 1992, p. 144). El sentimiento de etnicidad influyo fuertemente en la creación de identidades únicas, además de los distintos hallazgos de artefactos y la curiosidad de conocer su origen.
Como parte de los cambios en las corrientes de pensamiento en la arqueología y la antropología en general, se puede mencionar el nacimiento de la teoría del histórico cultural. El enfoque histórico cultural se enfatiza en la relación de las sociedades históricas o en los distintos grupos étnicos y culturales, tratando así de estudiar su cultura material. Inicia en Alemania con los pensamientos de Gustaff Kossinna (1858- 1931). Según Trigger, (1992, p.158) Kossinna, se especializo en estudiar la arqueología de los asentamientos, donde se determina las posibles áreas que habitaron los diferentes grupos humanos. También creía que los conocimientos eran transmitidos de una cultura o grupo superior a otros y la periferia, además de que las diferencias eran de carácter racial, con ello se fundamentó que los indoeuropeos eran de mucho más talento y creatividad y con esto a su vez la visión eurocentrista, especialmente germánica, en todos los elementos que componen su cultura.
Gordon Childe (1892- 1957), introdujo el pensamiento histórico cultural a la arqueología británica, además critico desde su punto de vista los planteamientos de Kossinna, considerando que existe una cultura arqueológica y además que cada cultura esta delineada por sus artefactos, para Childe el desarrollo técnico fue importante en aspectos como la estratigrafía (donde se menciona que el enfoque histórico cultural debe hacer cronologías), estableciendo así un concepto científico de cultura (Childe, 1977). Los autores mencionados anteriormente (Childe y Kossinna) son considerados los principales exponentes del histórico cultural.
El difusionismo por su parte, al ser una de estas corrientes de pensamiento, critica las explicaciones que ofrece el evolucionismo acerca de cómo se producen los cambios tecnológicos, sociales y culturales y explica que los prestamos e influencias entre grupos humanos son los que permiten que existan semejanzas entre estos, no refiriéndose así a las invenciones paralelas que plantea el evolucionismo (Restrepo, 2009, p. 18).
El difusionismo se puede considerar un método del histórico cultural, desde su lógica pues destaca el contacto cultural y también los préstamos en los diferentes grupos humanos, con ello se pretende de alguna manera datar cronológicamente la edad de los rasgos culturales (Restrepo, 2009, p.20). Sin embargo el difusionismo en Kossinna y Childe es solo una influencia para explicar el cambio cultural, pero con respecto a la creación teórica y las herramientas metodológicas ambos avanzaron de distintas maneras.
Contexto histórico antes y durante el histórico cultural 
La arqueológica histórica cultural surgió en un momento de gran crisis intelectual en Europa. La revolución industrial con su carácter expansivo acaparo grandes sitios y se inició una desigualdad social que fue de gran evidencia. Ante esto clases como el proletariado y la burguesía eran de notarse y los pensamientos socialistas se encontraban en su apogeo, pues el giro progresivo de la revolución industrial alteraba todos los esquemas sociales del momento.
Hasta la segunda guerra mundial el enfoque histórico cultural domino las investigaciones de europeos en Europa y en oriente. Además se realizaron en distintas partes del mundo excavaciones, donde se enfatizó en los meticulosos trabajos de las distintas culturas, en el caso de Perú se utilizó una cronología para sitios costeros y esto definió las bases para la posterior arqueología maya (Garreta et al, 2001, p.140). Por otra parte, en el caso de los Estados Unidos se estimularon excavaciones con el fin de encontrar artefactos para establecer clasificaciones y definir culturas, esto sin tomar con tanta relevancia el contexto de dichos artefactos.
Una de las grandes discusiones de esta época fue la antigüedad del ser humano en el continente Americano, existían argumentaciones donde se mencionaba un origen muy reciente no antes del periodo de Jesucristo, contradictoriamente otros autores explicaban que tal desarrollo arqueológico no era posible en tan poco tiempo, por lo cual el ser humano en este continente debía tener más años de existir maya (Garreta et al, 2001, p.141).
       En síntesis el histórico cultural en su momento, proyecto diversas ideas: la etnicidad como nuevo foco de importancia “etnicidades y nacionalismos” además unifico las diversas regiones, otro elemento es el interés por los distintos artefactos, los grupos de origen y las raíces, finalmente se encuentra el desarrollo de cronologías o tipologías y el interés por la distribución geográfica de todos estos elementos anteriormente mencionados.
Conceptos importantes en el enfoque histórico cultural
Las áreas culturales pueden ser definidas por los hallazgos de artefactos. En estas áreas conviven grupos que no son estáticos pues se relacionan e interactúan con otros. Las culturas arqueológicas aplican el enfoque del histórico cultural a los estudios de las regiones. Es importante reconocer el trabajo Childe en este segmento, pues fue él quien tomo el concepto de cultura arqueológica de Kossinna, pero dejando los elementos racistas de lado (Childe, 1977).
Se conoce como cultura material todos aquellos artefactos que se encuentran en un contexto dado, con estos mismos es posible establecer las culturas arqueológicas y allí un enfoque étnico y geográfico, por su parte la geografía permite conocer y definir los grupos culturales. La cultura material fue reflejo de continuidad étnica, sin embargo no se pueden definir la existencia de una determinada cultura por los artefactos encontrados.
Por otro lado se identifica el contexto, siendo este importante para reconstruir las huellas de la actividad humana en el pasado. El contexto de un objeto consiste en el nivel inmediato, su situación y su asociación (Renfrew & Bahn, 1998, p.44).
Según Childe (1977, p. 13), Tipo se refiere a que el hallazgo de un utensilio no tendrá ningún significado a menos de que sea similar a otros encontrados en un contexto determinado y que correspondan a un “tipo” reconocido. Quiere decir que es una forma de clasificar los hallazgos.
La seriación es una técnica que permite ordenar los artefactos temporal y cronológicamente y se encuentra estrictamente relacionada con los resultados obtenidos en la estratigrafía, por lo cual ambas deben ser contrastadas, también permite reconstruir la secuencia cultural (López & Argote, 2007, p. 167)
La estratigrafía es el ordenamiento en estratos, considerando que lo que se encuentra superficial es de origen más nuevo y lo que se encuentra en el interior es mucho más antiguo, de esta forma este método constituye una herramienta de suma importancia en las excavaciones, este método es considerado como un registro de las sociedades pasadas (Harris, 1991, pp. 24- 25).
El enfoque histórico cultural de Childe, plantea que son posibles las cronologías o secuencia cronológica, con el único inconveniente de pensar que una cronología puede ser estática. Según Childe (1977) existen tres bases para la clasificación de datos, la funcional (¿para que sirvió?) se refiere a todos los roles de un artefacto, la cronológica (¿Cuándo se hizo?) al periodo en que fue utilizado el artefacto y su elaboración y finalmente la corológica, al creador del artefacto (¿Quién lo hizo?).
Finalmente es de considerarse algunos elementos de la arqueología histórica cultural para la actualidad. Inicialmente, un aspecto como la influencia del difusionismo en esta teoría resulta de difícil conceptualización e inclusive comprensión, pues en muchos textos se detalla a ambos enfoques como el mismo término o que se pertenecen o se derivan uno del otro, por lo cual considero debe de realizarse claramente la diferencia y detallar cuales fueron los verdaderos elementos aportados a cada uno de los distintos enfoques y su respectiva contribución.
       Otro elemento es la puesta en práctica de los postulados de Kossinna y sus predecesores, pues se podría mencionar que de forma intencional los datos arqueológicos tuvieron una transformación siendo considerados elementos distintivos de raza y motivo de ego, con ello, no solo se comenzó un caos en los registros arqueológicos sino que se promulgo intolerancia a otros grupos culturales. Y este último elemento considerado en nuestros días genera desequilibrio social y motivos para irrespetar otras culturas y otras naciones.
El concepto de Childe de cultura arqueológica transforma la visión de las nuevas generaciones de arqueólogos. Se ha criticado exhaustivamente que la teoría arqueológica particular hizo bastante énfasis en el estudio de los pueblos de la Edad neolítica y más tardía, y se ignoraba la era humana más temprana, el Paleolítico, donde existieron distintos grupos culturales y con diferencias menos visibles en el registro arqueológico.
Existe a nivel país, necesidad, acerca de la realización de cronologías regionalizadas o referentes a sitios arqueológicos específicos, el problema actual con ello es que se ha considerado que las cronologías son estáticas, sin tomar en cuenta condiciones climatológicas, geografía, ambiente, entre otros.
Referencias Bibliográficas
Childe, G. (1977). Introducción a la arqueología. Editorial Ariel. Barcelona.
Garreta, J., Bellelli, C., Bonaparte, R., Abramoff, E., Acosta, A., Cañas, L., Carballido, M., Di Fini, M., Fernández, P., Garreta, M., Gómez, H., Ondelj, M., Pegoraro, A., Sánchez, M. & Scheinsohn, V. (2001). La trama cultural. Textos de antropología y arqueología. Ediciones caligraf. Buenos aires, Republica de argentina, pp. 140- 141.
Harris, E. (1991). Capítulo 2: el concepto de estratigrafía en arqueología y Capitulo 3: Técnicas de excavación arqueológica. Principios de estratigrafía arqueológica, Editorial Crítica. Barcelona pp. 24-25.
López, P. & Argote, D. (2007). Análisis de correspondencias: una técnica para obtener cronologías relativas. Seriación de entierros de una tumba encontrada en el sitio arqueológico de Los Teteles de Ocotitla, Tlaxcala Cuicuilco, vol. 14, núm. 40, mayo-agosto. Escuela Nacional de Antropología e Historia Distrito Federal, México, p. 167.

Renfrew, C. & Bahn, P. (1998) ¿Qué queda? La variedad de la evidencia Arqueología teorías, métodos y práctica. Ediciones Akal, Madrid. Capítulo 2: p. 44.

Renfrew, C., & Bahn, P. (2004). Arqueología teorías, métodos y práctica. Ediciones Akal, p. 9.
Restrepo, E. (2009). Escuelas del pensamiento antropológico I, clásicos. Programa de Antropología. Fundación Universitaria Claretiana Quibdó, agostoseptiembre, pp. 18.
Trigger, B. (1992). Historia del pensamiento arqueológico. Editorial Crítica. Barcelona, Capitulo.5 pp. 144-166, 178-186.

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