La
arqueología es la reconstrucción del pasado, atesorar los elementos
que constituyen nuestra historia. El arqueólogo por su parte es una
analista científico, que se postra bajo el sol en las excavaciones y
trabaja exhaustivamente en el laboratorio con los tiestos y demás
artefactos encontrados en los sitios (Renfrew & Bahn, 2004, p.
9). La arqueología ha atravesado por diversas corrientes que han
influenciado su aplicación.
El
evolucionismo cultural, fue la corriente de pensamiento que predomino
en Europa en el siglo XX, el evolucionismo Darwiniano o biológico,
empezó a no ser la cuestión principal en las discusiones, por su
parte el tema de etnicidad y el nacionalismo se convirtieron en los
ejes centrales de toda crítica (Trigger, 1992, p. 144). El
sentimiento de etnicidad influyo fuertemente en la creación de
identidades únicas, además de los distintos hallazgos de artefactos
y la curiosidad de conocer su origen.
Como
parte de los cambios en las corrientes de pensamiento en la
arqueología y la antropología en general, se puede mencionar el
nacimiento de la teoría del histórico cultural. El enfoque
histórico cultural se enfatiza en la relación de las sociedades
históricas o en los distintos grupos étnicos y culturales, tratando
así de estudiar su cultura material. Inicia en Alemania con los
pensamientos de Gustaff Kossinna (1858- 1931). Según Trigger, (1992,
p.158) Kossinna, se especializo en estudiar la arqueología de los
asentamientos, donde se determina las posibles áreas que habitaron
los diferentes grupos humanos. También creía que los conocimientos
eran transmitidos de una cultura o grupo superior a otros y la
periferia, además de que las diferencias eran de carácter racial,
con ello se fundamentó que los indoeuropeos eran de mucho más
talento y creatividad y con esto a su vez la visión eurocentrista,
especialmente germánica, en todos los elementos que componen su
cultura.
Gordon
Childe (1892- 1957), introdujo el pensamiento histórico cultural a
la arqueología británica, además critico desde su punto de vista
los planteamientos de Kossinna, considerando que existe una cultura
arqueológica y además que cada cultura esta delineada por sus
artefactos, para Childe el desarrollo técnico fue importante en
aspectos como la estratigrafía (donde se menciona que el enfoque
histórico cultural debe hacer cronologías), estableciendo así un
concepto científico de cultura (Childe, 1977). Los autores
mencionados anteriormente (Childe y Kossinna) son considerados los
principales exponentes del histórico cultural.
El
difusionismo por su parte, al ser una de estas corrientes de
pensamiento, critica las explicaciones que ofrece el evolucionismo
acerca de cómo se producen los cambios tecnológicos, sociales y
culturales y explica que los prestamos e influencias entre grupos
humanos son los que permiten que existan semejanzas entre estos, no
refiriéndose así a las invenciones paralelas que plantea el
evolucionismo (Restrepo, 2009, p. 18).
El
difusionismo se puede considerar un método del histórico cultural,
desde su lógica pues destaca el contacto cultural y también los
préstamos en los diferentes grupos humanos, con ello se pretende de
alguna manera datar cronológicamente la edad de los rasgos
culturales (Restrepo, 2009, p.20). Sin embargo el difusionismo en
Kossinna y Childe es solo una influencia para explicar el cambio
cultural, pero con respecto a la creación teórica y las
herramientas metodológicas ambos avanzaron de distintas maneras.
Contexto
histórico antes y durante el histórico cultural
La
arqueológica histórica cultural surgió en un momento de gran
crisis intelectual en Europa. La revolución industrial con su
carácter expansivo acaparo grandes sitios y se inició una
desigualdad social que fue de gran evidencia. Ante esto clases como
el proletariado y la burguesía eran de notarse y los pensamientos
socialistas se encontraban en su apogeo, pues el giro progresivo de
la revolución industrial alteraba todos los esquemas sociales del
momento.
Hasta
la segunda guerra mundial el enfoque histórico cultural domino las
investigaciones de europeos en Europa y en oriente. Además se
realizaron en distintas partes del mundo excavaciones, donde se
enfatizó en los meticulosos trabajos de las distintas culturas, en
el caso de Perú se utilizó una cronología para sitios costeros y
esto definió las bases para la posterior arqueología maya (Garreta
et al, 2001, p.140). Por otra parte, en el caso de los Estados Unidos
se estimularon excavaciones con el fin de encontrar artefactos para
establecer clasificaciones y definir culturas, esto sin tomar con
tanta relevancia el contexto de dichos artefactos.
Una
de las grandes discusiones de esta época fue la antigüedad del ser
humano en el continente Americano, existían argumentaciones donde se
mencionaba un origen muy reciente no antes del periodo de Jesucristo,
contradictoriamente otros autores explicaban que tal desarrollo
arqueológico no era posible en tan poco tiempo, por lo cual el ser
humano en este continente debía tener más años de existir maya
(Garreta et al, 2001, p.141).
En
síntesis el histórico cultural en su momento, proyecto diversas
ideas: la etnicidad como nuevo foco de importancia “etnicidades y
nacionalismos” además unifico las diversas regiones, otro elemento
es el interés por los distintos artefactos, los grupos de origen y
las raíces, finalmente se encuentra el desarrollo de cronologías o
tipologías y el interés por la distribución geográfica de todos
estos elementos anteriormente mencionados.
Conceptos
importantes en el enfoque histórico cultural
Las
áreas
culturales
pueden ser definidas por los hallazgos de artefactos. En estas áreas
conviven grupos que no son estáticos pues se relacionan e
interactúan con otros. Las culturas arqueológicas aplican el
enfoque del histórico cultural a los estudios de las regiones. Es
importante reconocer el trabajo Childe en este segmento, pues fue él
quien tomo el concepto de cultura arqueológica de Kossinna, pero
dejando los elementos racistas de lado (Childe, 1977).
Se
conoce como cultura
material
todos aquellos artefactos que se encuentran en un contexto dado, con
estos mismos es posible establecer las culturas arqueológicas y allí
un enfoque étnico y geográfico, por su parte la geografía permite
conocer y definir los grupos culturales. La cultura material fue
reflejo de continuidad étnica, sin embargo no se pueden definir la
existencia de una determinada cultura por los artefactos encontrados.
Por
otro lado se identifica el contexto,
siendo este importante para reconstruir las huellas de la actividad
humana en el pasado. El contexto de un objeto consiste en el nivel
inmediato, su situación y su asociación (Renfrew & Bahn, 1998,
p.44).
Según
Childe (1977, p. 13), Tipo
se refiere a que el hallazgo de un utensilio no tendrá ningún
significado a menos de que sea similar a otros encontrados en un
contexto determinado y que correspondan a un “tipo” reconocido.
Quiere decir que es una forma de clasificar los hallazgos.
La
seriación
es una técnica que permite ordenar los artefactos temporal y
cronológicamente y se encuentra estrictamente relacionada con los
resultados obtenidos en la estratigrafía, por lo cual ambas deben
ser contrastadas, también permite reconstruir la secuencia cultural
(López & Argote, 2007, p. 167)
La
estratigrafía
es
el ordenamiento en estratos, considerando que lo que se encuentra
superficial es de origen más nuevo y lo que se encuentra en el
interior es mucho más antiguo, de esta forma este método constituye
una herramienta de suma importancia en las excavaciones, este método
es considerado como un registro de las sociedades pasadas (Harris,
1991, pp. 24- 25).
El
enfoque histórico cultural de Childe, plantea que son posibles las
cronologías o secuencia cronológica, con el único inconveniente de
pensar que una cronología puede ser estática. Según Childe (1977)
existen tres bases para la clasificación de datos, la funcional
(¿para que sirvió?) se refiere a todos los roles de un artefacto,
la cronológica (¿Cuándo se hizo?) al periodo en que fue utilizado
el artefacto y su elaboración y finalmente la corológica, al
creador del artefacto (¿Quién lo hizo?).
Finalmente
es de considerarse algunos elementos de la arqueología histórica
cultural para la actualidad. Inicialmente, un aspecto como la
influencia del difusionismo en esta teoría resulta de difícil
conceptualización e inclusive comprensión, pues en muchos textos se
detalla a ambos enfoques como el mismo término o que se pertenecen o
se derivan uno del otro, por lo cual considero debe de realizarse
claramente la diferencia y detallar cuales fueron los verdaderos
elementos aportados a cada uno de los distintos enfoques y su
respectiva contribución.
Otro
elemento es la puesta en práctica de los postulados de Kossinna y
sus predecesores, pues se podría mencionar que de forma intencional
los datos arqueológicos tuvieron una transformación siendo
considerados elementos distintivos de raza y motivo de ego, con ello,
no solo se comenzó un caos en los registros arqueológicos sino que
se promulgo intolerancia a otros grupos culturales. Y este último
elemento considerado en nuestros días genera desequilibrio social y
motivos para irrespetar otras culturas y otras naciones.
El
concepto de Childe de cultura arqueológica transforma la visión de
las nuevas generaciones de arqueólogos. Se ha criticado
exhaustivamente que la teoría arqueológica particular hizo
bastante énfasis en el estudio de los pueblos de la Edad neolítica
y más tardía, y se ignoraba la era humana más temprana, el
Paleolítico, donde existieron distintos grupos culturales y con
diferencias menos visibles en el registro arqueológico.
Existe
a nivel país, necesidad, acerca de la realización de cronologías
regionalizadas o referentes a sitios arqueológicos específicos, el
problema actual con ello es que se ha considerado que las cronologías
son estáticas, sin tomar en cuenta condiciones climatológicas,
geografía, ambiente, entre otros.
Referencias
Bibliográficas
Childe,
G. (1977). Introducción a la arqueología. Editorial Ariel.
Barcelona.
Garreta,
J., Bellelli, C., Bonaparte, R., Abramoff, E., Acosta, A., Cañas,
L., Carballido, M., Di Fini, M., Fernández, P., Garreta, M., Gómez,
H., Ondelj, M., Pegoraro, A., Sánchez, M. & Scheinsohn, V.
(2001). La trama cultural. Textos de antropología y arqueología.
Ediciones caligraf. Buenos aires, Republica de argentina, pp. 140-
141.
Harris,
E. (1991). Capítulo 2: el concepto de estratigrafía en arqueología
y Capitulo 3: Técnicas de excavación arqueológica. Principios de
estratigrafía arqueológica, Editorial Crítica. Barcelona pp.
24-25.
López,
P. & Argote, D. (2007). Análisis de correspondencias: una
técnica para obtener cronologías relativas. Seriación de entierros
de una tumba encontrada en el sitio arqueológico de Los Teteles de
Ocotitla, Tlaxcala Cuicuilco, vol. 14, núm. 40, mayo-agosto. Escuela
Nacional de Antropología e Historia Distrito Federal, México, p.
167.
Renfrew,
C. & Bahn, P. (1998) ¿Qué queda? La variedad de la evidencia
Arqueología teorías, métodos y práctica. Ediciones Akal, Madrid.
Capítulo 2: p. 44.
Renfrew,
C., & Bahn, P. (2004). Arqueología teorías, métodos y
práctica. Ediciones Akal, p. 9.
Restrepo,
E. (2009). Escuelas del pensamiento antropológico I, clásicos.
Programa de Antropología. Fundación Universitaria Claretiana
Quibdó, agosto‐septiembre,
pp. 18.
Trigger,
B. (1992). Historia del pensamiento arqueológico. Editorial Crítica.
Barcelona, Capitulo.5 pp. 144-166, 178-186.
Excelentes enfoques culturales
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