martes, 19 de julio de 2016

Ecología cultural, antropología y arqueología


La constante preocupación sobre la posición y el rol que ocupa el ser humano en la naturaleza, ha sido tema de estudio y discusión en las ciencias naturales y sociales. Por ello se ha tornado indispensable analizar hasta donde es este mismo, parte integral de la naturaleza, cuál es su diferencia con otras especies y en que varía según su cultura. En el presente escrito se abordara como parte importante, el desenvolvimiento de la cultura en el medio ambiente. Además el marco histórico, reflexionando acerca de los elementos que originaron esta relación y el funcionamiento y aplicación de los mismos (Ecología cultural) fundamentalmente a partir de la propuesta de Julian Steward en las distintas ramas de la ciencia antropológica (antropología social y arqueología).
La ecología como ciencia biológica intenta estudiar y comprender la función de los sistemas que se encuentran formados por conjuntos de seres vivos, la interacción de estos y su relación directa con el entorno físico (Smith & Smith, 2007, p.5). Es importante comprender que dentro del medio ambiente existen los sistemas ecológicos, estos trabajaban de manera dependiente, la biosfera es la parte viva del planeta, en ella se pueden encontrar distintos ecosistemas (bosques, ríos, lagos y arrecifes) que al mismo tiempo se encuentran relacionados con los ciclos biológicos y permiten los cambios de estado en materia orgánica, todos estos procesos adicionando otros factores llevan al proceso directo de la vida (Márquez, 2002, p.1). No es de sorprenderse que se necesiten mucho más factores para comprender que es la ecología en su totalidad, sin embargo puede afirmarse que todas estas interacciones son necesarias para entender las relaciones del ser humano con la naturaleza y viceversa.
Desde la perspectiva ecológica la especie humana es considerada importante por el desarrollo de un grado de autoconciencia, sin embargo dentro de los eslabones sigue siendo una especie más en la naturaleza. Existen constantes afirmaciones y discusiones sobre la diferencia intrínseca del ser humano con respecto a las otras especies, sin embargo hasta cierto punto dentro de la ecología esto no es relevante pues las demás especies también son distintas por definición (Márquez, 2002, p. 2-3), lo que sí es discutible e incluso debe repensarse es el impacto que el ser humano tuvo y tiene en la naturaleza y en las otras especies. Así mismo, puede considerarse a la especie humana tan natural como las demás, ya que sus productos aunque sean distintos son naturales y entre estos se pueden incluir los productos culturales.
Según Peña (1998, p.174.), en su crítica al libro de Carlos París, el ser humano puede considerarse como un animal cultural, pues ha generado la capacidad de crear cultura y esta característica es una de las más grandes adaptaciones en la naturaleza. Pues le brinda muchos más elementos que difieren a otras especies.
La ecología cultural, es una de las corrientes de pensamiento en antropología y arqueología, esta puede entenderse de una manera adecuada si se comprenden los conceptos de cultura, ecología, energía, medio ambiente, ecosistema y tecnología, algunos de estos mencionados anteriormente.
Se puede considerar de manera general a la ecología cultural como el estudio de la relación de una cultura y su medio natural e histórico esto quiere decir que cada cultura debe ser estudiada por sus adaptaciones a ecosistemas específicos e historia determinada. Tomando en cuenta que cada ecosistema tendrá distintos recursos y limitaciones, así mismo reconociendo que existe una respuesta cultural de las adaptaciones para intervenir y apropiarse de lo que se ofrece en la naturaleza.
Las adaptaciones culturales pueden representarse de variedad de formas, desde las herramientas, su uso y utilización hasta donde se involucre el contexto social, el habla y todo lo referente al desarrollo de lo oral, así como las tradiciones. Todos estos elementos se conocen como los mecanismos de adaptación a los ecosistemas desde la cultura (Restrepo, 2009, p. 43). Es importante mencionar que el concepto de adaptación propuesto por Steward no es concepto mecánico pues plantea una relación creativa entre natura y cultura. Además no es un concepto biológico, ya que las variaciones genotípicas ni el genoma representan los elementos que se desean estudiar en la ecología cultural. Así mismo no es un enfoque culturalista ni histórico social, ningún caso se explica desde la cultura como un todo, y su ecología no es una ecología social o humana, pues no analiza a las comunidades.
Origen de la ecología cultural
Ecología cultural en la antropología
Básicamente se funda en los años 60 y 70s, con gran influencia de las escuelas del materialismo. Es la primera escuela de pensamiento que estudia a las sociedades relacionándolas con el medio donde se desarrollan, tomando como factor importante la economía en su totalidad, por lo cual algunos autores (quienes) relacionan su aparición desde la disciplina de la antropología económica (Stora, 1994).
J. Steward (1902-1972), quien es el padre del planteamiento de la ecología cultural, influenciado por ella y aprovechando la tradición particularista histórica, se encontraba interesado en hallar principios o leyes generales. Steward, antropólogo y arqueólogo estadounidense, planteo las bases no solo para la ecología cultural sino que también para la evolución multilineal en su texto Theory of Culture Change: The Methodology of Multilinear Evolution del año 1955.
Algunas de las premisas básicas en la ecología cultural, desde los planteamientos de Steward son: En primer lugar, que cada cultura debe entenderse como una estrategia adaptativa al ambiente natural e histórico donde se desarrolla (Restrepo, 2009, p.44). La ecología como una red total de vida donde interactúan todos los seres vivientes de la tierra. Esto así pues porque se han tomado elementos históricos y el ecosistema natural como tal ha quedado excluido, a pesar de ser primordial para el desarrollo de cualquier colectivo o cultura.
Como segunda premisa debe mencionarse la existencia de una base ambiental que condiciona el desarrollo cultural. Esto introduce al ambiente como un factor creativo y a la cultura como un hecho super orgánico. El ambiente es limitante y la cultura debe idear las mejores herramientas, ideas u opciones para lograr superar estos obstáculos, por lo tanto las adaptaciones se condicionan a lo que el ambiente ofrece, estas variaran o se potencializaran. Por ello se plantea estudiar los procesos creativos de adaptación a la cultura, que se han llevado a cabo de forma paralela alrededor del mundo, para formular principios universales, que a su vez poseen cuotas de evidencia empírica (Steward, 1955).
Esto quiere decir que se visualiza desde una concepción holística a todos los aspectos y estos son interdependientes pero en intensidades diferentes y el ambiente hará que el ser humano adecúe todo lo que posee, llámense herramientas (tecnología), conocimientos, entre otros, para lograr adaptaciones, pues el ser humano posee una capacidad inmensamente flexible (Steward, 1955). En síntesis estas premisas podrían ser interpretadas desde tres variables: el ambiente, la cultura y el desarrollo tecnológico.
Adicionalmente Steward divide los enfoques evolucionistas en tres: el evolucionismo unilineal donde las culturas se encontraban en estadios (Tylor y Morgan), el evolucionismo universal que era una adaptación a la propuesta de White y el evolucionismo multilineal, que se transforma de acuerdo a los elementos que lo compongan, este por ende se ocupa solo de paralelos que tengan evidencia o validez empírica (Milton, 1997, p.3).
Otro elemento esencial es en el estudio del método de la ecología cultural, pues este hace un acercamiento a las sociedades de acuerdo a su nivel de complejidad. El modelo de núcleo cultural, que se refiere a los rasgos o características relacionados con la subsistencia, parte económica y necesidades de una población para subsistir, además de la apropiación de la tecnología; varía de acuerdo a cada sociedad. Por lo cual para llevar un adecuado análisis deben seguirse tres procedimientos básicos: analizar las interrelaciones entre tecnología productiva y extractiva, donde se incluya la cultura material en una relación tecnología- ambiente. Segundo, analizar los patrones involucrados en la explotación de un área por medio de una tecnología particular. Finalmente, analizar cómo afectan los patrones de conducta en el medio ambiente con referencia a la cultura, esto mediante un control cruzado, profundizando mucho más en los componentes de la cultura.

Momentos históricos relevantes
Posteriormente a la segunda guerra mundial se marcaron pautas en las generaciones de antropólogos nacientes, pues se trató de superar el biologismo. La insatisfacción y la ausencia de generalizaciones que caracterizaban a la época se convertían en un grave problema, Leslie White (1900-1975) influyo para que se examinarían las obras de evolucionistas como Lewis Henry Morgan tratando así de mejorar o corregir los errores en materia etnográfica que este o los demás presentaban en sus escritos, además de identificar los aportes positivos que estos tuviera para la ciencia de la cultura (Harris et al, 1998, pp. 183- 184). Todo esto aconteció porque White además de ser un anti evolucionista se encontraba influido por las ideas de la escuela de Franz Boas con su particularismo histórico.
White, al igual que Steward, es uno de los exponentes de las escuelas del pensamiento antropológico norteamericanas de los años cincuenta y sesenta. Mayoritariamente sus aportes fueron en la utilización del método comparativo y en la ley de evolución cultural, con ella dice que las culturas deben visualizarse como sistemas termodinámicos pero estas pueden cambiar eventualmente para conseguir sus necesidades (aspectos tecno económicos, sociales e ideológicos Trigger, 1992, p.272). La ley básica de la evolución se refería a que la cultura evolucionaba a medida que se incrementaba la cantidad de energía per cápita, por lo cual diseño una fórmula donde la cultura es el resultado de la energía por la tecnología. Con ello la energía y la tecnología cumplían roles fundamentales en la evolución cultural y la organización social. Cabe destacar que sus estudios no eran para inferir rasgos específicos de las culturas.
Steward por su parte fue impresionado por el paralelismo de le evolución de las antiguas civilizaciones de Perú, México, Egipto, Mesopotamia y China, y efectuó una llamada a grupos de antropólogos para examinar estos aspectos, con mucha cautela separo su esquema de evolución cultural con respecto a las demás versiones evolucionista, además consideraba que una de las grandes inconvenientes en estas versiones era la postulación de un conjunto sencillo unilineal de las etapas de cada culturas pero en su pensamiento divagaba la existencia de multilineales caminos de desarrollo que dependían de las variables ambientales, tecnológicas y otras (Harris et al, 1998, p. 184).
En la actualidad algunos antropólogos se auto conceptualizan como autores que entierran al modelo biológico, esta polémica partió específicamente de la publicación de Russel Jacoby y Naomi Glauberman con The bell curve en el año 1995 y El factor Malthus (1998) de Eric Boss (Tomé, 2005, p.36).
Ecología cultural en el contexto arqueológico
El enfoque ecológico en la arqueología, se encuentra orientado a descubrir la relación que poseen los elementos ecológicos con respecto a la creación de sistemas socioculturales. Steward en sus primeros escritos formulo algunas ideas que encaminaban el rumbo de la arqueología en este sentido, por lo que consideraba que quienes hacían arqueología debían focalizarse en utilizar los datos para estudiar las economías, los modelos de asentamiento y los tamaños poblacionales y no enfatizar tanto el análisis del estilo de los artefactos (Trigger, 1992, p.262).
Existe una ruptura de la ecología cultural con el enfoque histórico cultural, pues se prioriza la adaptación de los seres humanos en determinados entornos, los artefactos, que cumplían un rol importante en periodos anteriores, pasan a un segundo plano (Garreta et al, 2001, p.143). Además, se deben tomar estos datos e incluir el estudio de los cambios que se han dado en la economía.
Algunas de las figuras influyentes en este enfoque, además de Steward son Gustaff Kossina, Gordon Childe y Gordon Willey. El concepto de patrones de asentamiento, que se le reconoce a Gordon Willey por su trabajo en el valle del Viru, y quien fue influenciado por Steward, ha sido de suma importancia en el análisis arqueológico, pues se toma como un referente o punto de partida, indicando así que los seres humanos se distribuyen geográficamente y se apropian de su entorno de una forma determinada; adicionalmente otros conceptos como paisaje(espacialidad inmediata del ser humano), entorno ambiental( recursos que se encuentran en un determinado lugar como la geografía, el clima), área natural( medio donde se desenvuelve el ser humano) y territorio (en el ámbito económica, pacífico y de subsistencia, delimitación de limites) son esenciales desde la concepción simbólica para comprender cada uno de estos patrones de asentamientos en las culturas, asimismo se refieren a la utilización y transformación del espacio. Dentro de una patrón de asentamiento hay interacción de las instituciones, en su misma espacialidad se pueden analizar e interpretar aspectos no materiales y organizacionales de las sociedades, por ello también para Willey no existe un determinismo ambiental, sin embargo el medio ambiente físico afecta la cultura y las acciones humanas (Prieto, 2011, pp. 1-16).
La construcción del paisaje ambiental tiende a definirse más por lo que se realiza que por lo que realmente es, este paisaje cultural es el resultado final de todo lo que media.
Los patrones de asentamiento brindan ventajas sobre los artefactos pues al ser elementos mucho más amplios, proporcionan una evidencia directa del marco general, inclusive las actividades de una región. En los contextos que se hallaban artefactos se decía que habían sido dispuestos. De la misma forma se generan niveles de análisis para estos patrones, iniciando con el nivel regional que analiza la distribución general de los asentamientos o comunidades en el paisaje (gran paisaje), este indica de cierta manera la red de relaciones, la organización política y el entramado cultural; el nivel comunitario se refiere a las estructuras y su relación con las áreas de actividad, las técnicas sociales, económicas y rituales; el nivel de unidades domesticas o habitacionales atañe a la forma en la que habita cada familia, su ambiente natural y su nivel tecnológico, además al igual que las demás unidades como se encuentra organizado el espacio y demás elementos de uso cotidiano.
La arqueología por su parte con los aportes de Steward y White, específicamente en el campo metodológico, se encamino hacia un enfoque neoevolucionista, tomando como principios la confianza en el desarrollo tecnológico y demás elementos que este trae para facilitar el trabajo en su área, esto desde la influencia de Estados Unidos y Europa, esta última afectada por el nacimiento del evolucionismo unilineal. De igual manera quienes practicaron los enfoques neoevolucionistas fueron relacionados con incluir los principios del materialismo cultural (Garreta et al, 2001, p.144).
La ecología cultural heredo elementos importantes tecnológicamente como por ejemplo el análisis de suelos, la arqueometría, los isotopos de carbón (fitolitos y carbón), el desarrollo de mapas con elementos geográficos y geológicos, los sistemas de información geográfica, los georadares para identificar asentamientos o sitios arqueológicos y disminuir a mano alzada los riesgos en excavación. También, se generaron otros aparatos como el magnetómetro, que permitieron junto a estos anteriores generar construcciones hipotéticas de los sitios y dar paso a la interpretación.
Fue de suma importancia el uso de radiocarbono para fechar los sitios arqueológicos. Posteriormente una contribución es que en la arqueología se tomó en cuenta que en una misma región puede existir gran variedad de diferencias culturales, además de esto que las adaptaciones pueden variar con rapidez y poseen un carácter de complejidad bastante amplio (Garreta et al, 2001, p.143). Además en lo que a la investigación respecta los enfoques desde el punto de vista determinista, posibilista e interaccionista (Stora, 1994, p1) fueron de gran apoyo para el análisis y estudio, pues generaban diversas perspectivas aplicables a los estudios realizados.
En la actualidad autores como John Murra relatan la importancia de la obtención de recursos en ciertos pisos altitudinales para el intercambio de productos de subsistencia, este elemento o factor llamado verticalidad, desde la arqueología ha sido considerado dentro de las adaptaciones y como parte de la organización en relaciones políticas, económicas y territoriales.
Desarrollo de la ecología cultural
En el contexto histórico de la ecología cultural, en los años cincuenta, se genera una visión de mismidad, de ver quiénes somos y donde nos encontramos, el otro exótico se deja de lado, y se enfatiza a las sociedades complejas y su urbanización, la otredad exótica es cuestión del pasado pues los planteamientos como sociedades simples o tribales, no funcionan para el estudio de las sociedades complejas que necesitan un modelo distinto.
Posteriormente por influencia de Steward y White, se reconoce el planteamiento de la escuela de pensamiento antropológico del materialismo cultural, asociada especialmente al nombre de Marvin Harris. El materialismo cultural concebido así como una estrategia para explicar las causas de las semejanzas y diferencias culturales (Restrepo, p.45). Donde los elementos materiales explican las condiciones de los seres humanos y el campo cultural es el ámbito donde se mueven estos mismos haciendo una plena distinción en las demás especies y la especie humana.
Es necesario mencionar que el neoevolucionismo se constituyó como una respuesta contra el evolucionismo unilineal que tomo grandes espacios en las ciencias sociales. Gracias a las fuertes críticas del etnocentrismo y unilinealidad del modelo, algunos antropólogos (como Steward) quienes apadrinaban este enfoque idearon los mecanismos para derogar esta teoría y presentar la evolución multilineal para explicar el proceso de cambio tomando en cuenta contextos particulares de cada sociedad y cultura.

A modo de conclusión se deben recalcar diversos elementos: en sus inicios la antropología como tal subestimo el papel del medio ambiente, enfocándose con mucha más importancia únicamente en la historia y sus factores, generando reacciones de otras corrientes del pensamiento como las difusionistas. La ecología cultural es distinta a las otras corrientes del pensamiento antropológico, como el relativismo, neoevolucionismo y el enfoque histórico cultural, pues introduce al ambiente local como un factor extra cultural.
En la época de los planteamientos de Steward, existía un concepto de cultura construido por la ciencia antropológica basado únicamente en el estudio de las sociedades simples o tribales, a partir de Steward se considera un poco más el estudio de las sociedades complejas, sin embargo, no puede decirse que él fue el primero en idear este tipo de estudios. La ecología cultural plantea un ambiente en que el trabajo con otras disciplinas puede darse pues en sus inicios la antropología recibió influencia y aportes de otras disciplinas como por ejemplo la historia, ciencias naturales y la geografía. Esto enriquecería los estudios que se realicen con esta corriente.
Desde el punto de visto ecológico una especie implica, una forma diferente de adaptación, respuestas al entorno, acoplarse. La especie humana logro adaptarse con éxito pues ha alcanzado grandes biomasas, ha usado la energía, materia orgánica y flujos de información. Esto también ha creado impacto en el resto del ecosistema y se han generado desequilibrios en el planeta por la no regulación de los elementos y utilización de los recursos naturales. Así mismo, la etnoecología debe razonarse pues cada pueblo o cultura visualiza o maneja la naturaleza y los recursos naturales de distintas formas. Por ello, el sentido de pertenencia que estos le den de alguna u otra forma limita lo que se realice.

Referencias Bibliográficas
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Otras referencias
White, L. (1943). American Anthropologist. Energy and the evolution of culture Vol. 45. Disponible en: http://deepblue.lib.umich.edu/bitstream/handle/2027.42/99636/aa.1943.45.3.02a00010.pdf?sequence=1

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