La
constante preocupación sobre la posición y el rol que ocupa el ser
humano en la naturaleza, ha sido tema de estudio y discusión en las
ciencias naturales y sociales. Por ello se ha tornado indispensable
analizar hasta donde es este mismo, parte integral de la naturaleza,
cuál es su diferencia con otras especies y en que varía según su
cultura. En el presente escrito se abordara como parte importante, el
desenvolvimiento de la cultura en el medio ambiente. Además el marco
histórico, reflexionando acerca de los elementos que originaron esta
relación y el funcionamiento y aplicación de los mismos (Ecología
cultural) fundamentalmente a partir de la propuesta de Julian Steward
en las distintas ramas de la ciencia antropológica (antropología
social y arqueología).
La
ecología como ciencia biológica intenta estudiar y comprender la
función de los sistemas que se encuentran formados por conjuntos de
seres vivos, la interacción de estos y su relación directa con el
entorno físico (Smith & Smith, 2007, p.5). Es importante
comprender que dentro del medio ambiente existen los sistemas
ecológicos, estos trabajaban de manera dependiente, la biosfera es
la parte viva del planeta, en ella se pueden encontrar distintos
ecosistemas (bosques, ríos, lagos y arrecifes) que al mismo tiempo
se encuentran relacionados con los ciclos biológicos y permiten los
cambios de estado en materia orgánica, todos estos procesos
adicionando otros factores llevan al proceso directo de la vida
(Márquez, 2002, p.1). No es de sorprenderse que se necesiten mucho
más factores para comprender que es la ecología en su totalidad,
sin embargo puede afirmarse que todas estas interacciones son
necesarias para entender las relaciones del ser humano con la
naturaleza y viceversa.
Desde
la perspectiva ecológica la especie humana es considerada importante
por el desarrollo de un grado de autoconciencia, sin embargo dentro
de los eslabones sigue siendo una especie más en la naturaleza.
Existen constantes afirmaciones y discusiones sobre la diferencia
intrínseca del ser humano con respecto a las otras especies, sin
embargo hasta cierto punto dentro de la ecología esto no es
relevante pues las demás especies también son distintas por
definición (Márquez, 2002, p. 2-3), lo que sí es discutible e
incluso debe repensarse es el impacto que el ser humano tuvo y tiene
en la naturaleza y en las otras especies. Así mismo, puede
considerarse a la especie humana tan natural como las demás, ya que
sus productos aunque sean distintos son naturales y entre estos se
pueden incluir los productos culturales.
Según
Peña (1998, p.174.), en su crítica al libro de Carlos París, el
ser humano puede considerarse como un animal cultural, pues ha
generado la capacidad de crear cultura y esta característica es una
de las más grandes adaptaciones en la naturaleza. Pues le brinda
muchos más elementos que difieren a otras especies.
La
ecología cultural, es una de las corrientes de pensamiento en
antropología y arqueología, esta puede entenderse de una manera
adecuada si se comprenden los conceptos de cultura, ecología,
energía, medio ambiente, ecosistema y tecnología, algunos de estos
mencionados anteriormente.
Se
puede considerar de manera general a la ecología cultural como el
estudio de la relación de una cultura y su medio natural e histórico
esto quiere decir que cada cultura debe ser estudiada por sus
adaptaciones a ecosistemas específicos e historia determinada.
Tomando en cuenta que cada ecosistema tendrá distintos recursos y
limitaciones, así mismo reconociendo que existe una respuesta
cultural de las adaptaciones para intervenir y apropiarse de lo que
se ofrece en la naturaleza.
Las
adaptaciones culturales pueden representarse de variedad de formas,
desde las herramientas, su uso y utilización hasta donde se
involucre el contexto social, el habla y todo lo referente al
desarrollo de lo oral, así como las tradiciones. Todos estos
elementos se conocen como los mecanismos de adaptación a los
ecosistemas desde la cultura (Restrepo, 2009, p. 43). Es importante
mencionar que el concepto de adaptación propuesto por Steward no es
concepto mecánico pues plantea una relación creativa entre natura y
cultura. Además no es un concepto biológico, ya que las variaciones
genotípicas ni el genoma representan los elementos que se desean
estudiar en la ecología cultural. Así mismo no es un enfoque
culturalista ni histórico social, ningún caso se explica desde la
cultura como un todo, y su ecología no es una ecología social o
humana, pues no analiza a las comunidades.
Origen
de la ecología cultural
Ecología
cultural en la antropología
Básicamente
se funda en los años 60 y 70s, con gran influencia de las escuelas
del materialismo. Es la primera escuela de pensamiento que estudia a
las sociedades relacionándolas con el medio donde se desarrollan,
tomando como factor importante la economía en su totalidad, por lo
cual algunos autores (quienes) relacionan su aparición desde la
disciplina de la antropología económica (Stora, 1994).
J.
Steward (1902-1972), quien es el padre del planteamiento de la
ecología cultural, influenciado por ella y aprovechando la tradición
particularista histórica, se encontraba interesado en hallar
principios o leyes generales. Steward, antropólogo y arqueólogo
estadounidense, planteo las bases no solo para la ecología cultural
sino que también para la evolución multilineal en su texto Theory
of Culture Change: The Methodology of Multilinear Evolution del
año 1955.
Algunas
de las premisas básicas en la ecología cultural, desde los
planteamientos de Steward son: En primer lugar, que cada cultura debe
entenderse como una estrategia adaptativa al ambiente natural e
histórico donde se desarrolla (Restrepo, 2009, p.44). La ecología
como una red total de vida donde interactúan todos los seres
vivientes de la tierra. Esto así pues porque se han tomado elementos
históricos y el ecosistema natural como tal ha quedado excluido, a
pesar de ser primordial para el desarrollo de cualquier colectivo o
cultura.
Como
segunda premisa debe mencionarse la existencia de una base ambiental
que condiciona el desarrollo cultural. Esto introduce al ambiente
como un factor creativo y a la cultura como un hecho super orgánico.
El ambiente es limitante y la cultura debe idear las mejores
herramientas, ideas u opciones para lograr superar estos obstáculos,
por lo tanto las adaptaciones se condicionan a lo que el ambiente
ofrece, estas variaran o se potencializaran. Por ello se plantea
estudiar los procesos creativos de adaptación a la cultura, que se
han llevado a cabo de forma paralela alrededor del mundo, para
formular principios universales, que a su vez poseen cuotas de
evidencia empírica (Steward, 1955).
Esto
quiere decir que se visualiza desde una concepción holística a
todos los aspectos y estos son interdependientes pero en intensidades
diferentes y el ambiente hará que el ser humano adecúe todo lo que
posee, llámense herramientas (tecnología), conocimientos, entre
otros, para lograr adaptaciones, pues el ser humano posee una
capacidad inmensamente flexible (Steward, 1955). En síntesis estas
premisas podrían ser interpretadas desde tres variables: el
ambiente, la cultura y el desarrollo tecnológico.
Adicionalmente
Steward divide los enfoques evolucionistas en tres: el evolucionismo
unilineal donde las culturas se encontraban en estadios (Tylor y
Morgan), el evolucionismo universal que era una adaptación a la
propuesta de White y el evolucionismo multilineal, que se transforma
de acuerdo a los elementos que lo compongan, este por ende se ocupa
solo de paralelos que tengan evidencia o validez empírica (Milton,
1997, p.3).
Otro
elemento esencial es en el estudio del método de la ecología
cultural, pues este hace un acercamiento a las sociedades de acuerdo
a su nivel de complejidad. El modelo de núcleo cultural, que se
refiere a los rasgos o características relacionados con la
subsistencia, parte económica y necesidades de una población para
subsistir, además de la apropiación de la tecnología; varía de
acuerdo a cada sociedad. Por lo cual para llevar un adecuado análisis
deben seguirse tres procedimientos básicos: analizar las
interrelaciones entre tecnología productiva y extractiva, donde se
incluya la cultura material en una relación tecnología- ambiente.
Segundo, analizar los patrones involucrados en la explotación de un
área por medio de una tecnología particular. Finalmente, analizar
cómo afectan los patrones de conducta en el medio ambiente con
referencia a la cultura, esto mediante un control cruzado,
profundizando mucho más en los componentes de la cultura.
Momentos
históricos relevantes
Posteriormente
a la segunda guerra mundial se marcaron pautas en las generaciones de
antropólogos nacientes, pues se trató de superar el biologismo. La
insatisfacción y la ausencia de generalizaciones que caracterizaban
a la época se convertían en un grave problema, Leslie White
(1900-1975) influyo para que se examinarían las obras de
evolucionistas como Lewis Henry Morgan tratando así de mejorar o
corregir los errores en materia etnográfica que este o los demás
presentaban en sus escritos, además de identificar los aportes
positivos que estos tuviera para la ciencia de la cultura (Harris et
al, 1998, pp. 183- 184). Todo esto aconteció porque White además de
ser un anti evolucionista se encontraba influido por las ideas de la
escuela de Franz Boas con su particularismo histórico.
White,
al igual que Steward, es uno de los exponentes de las escuelas del
pensamiento antropológico norteamericanas de los años cincuenta y
sesenta. Mayoritariamente sus aportes fueron en la utilización del
método comparativo y en la ley de evolución cultural, con ella dice
que las culturas deben visualizarse como sistemas termodinámicos
pero estas pueden cambiar eventualmente para conseguir sus
necesidades (aspectos tecno económicos, sociales e ideológicos
Trigger, 1992, p.272). La ley básica de la evolución se refería a
que la cultura evolucionaba a medida que se incrementaba la cantidad
de energía per cápita, por lo cual diseño una fórmula donde la
cultura es el resultado de la energía por la tecnología. Con ello
la energía y la tecnología cumplían roles fundamentales en la
evolución cultural y la organización social. Cabe destacar que sus
estudios no eran para inferir rasgos específicos de las culturas.
Steward
por su parte fue impresionado por el paralelismo de le evolución de
las antiguas civilizaciones de Perú, México, Egipto, Mesopotamia y
China, y efectuó una llamada a grupos de antropólogos para examinar
estos aspectos, con mucha cautela separo su esquema de evolución
cultural con respecto a las demás versiones evolucionista, además
consideraba que una de las grandes inconvenientes en estas versiones
era la postulación de un conjunto sencillo unilineal de las etapas
de cada culturas pero en su pensamiento divagaba la existencia de
multilineales caminos de desarrollo que dependían de las variables
ambientales, tecnológicas y otras (Harris et al, 1998, p. 184).
En
la actualidad algunos antropólogos se auto conceptualizan como
autores que entierran al modelo biológico, esta polémica partió
específicamente de la publicación de Russel Jacoby y Naomi
Glauberman con The
bell curve
en el año 1995 y El
factor Malthus (1998) de
Eric Boss (Tomé, 2005, p.36).
Ecología
cultural en el contexto arqueológico
El
enfoque ecológico en la arqueología, se encuentra orientado a
descubrir la relación que poseen los elementos ecológicos con
respecto a la creación de sistemas socioculturales. Steward en sus
primeros escritos formulo algunas ideas que encaminaban el rumbo de
la arqueología en este sentido, por lo que consideraba que quienes
hacían arqueología debían focalizarse en utilizar los datos para
estudiar las economías, los modelos de asentamiento y los tamaños
poblacionales y no enfatizar tanto el análisis del estilo de los
artefactos (Trigger, 1992, p.262).
Existe
una ruptura de la ecología cultural con el enfoque histórico
cultural, pues se prioriza la adaptación de los seres humanos en
determinados entornos, los artefactos, que cumplían un rol
importante en periodos anteriores, pasan a un segundo plano (Garreta
et al, 2001, p.143). Además, se deben tomar estos datos e incluir el
estudio de los cambios que se han dado en la economía.
Algunas
de las figuras influyentes en este enfoque, además de Steward son
Gustaff Kossina, Gordon Childe y Gordon Willey. El concepto de
patrones de asentamiento, que se le reconoce a Gordon Willey por su
trabajo en el valle del Viru, y quien fue influenciado por Steward,
ha sido de suma importancia en el análisis arqueológico, pues se
toma como un referente o punto de partida, indicando así que los
seres humanos se distribuyen geográficamente y se apropian de su
entorno de una forma determinada; adicionalmente otros conceptos como
paisaje(espacialidad inmediata del ser humano), entorno ambiental(
recursos que se encuentran en un determinado lugar como la geografía,
el clima), área natural( medio donde se desenvuelve el ser humano) y
territorio (en el ámbito económica, pacífico y de subsistencia,
delimitación de limites) son esenciales desde la concepción
simbólica para comprender cada uno de estos patrones de
asentamientos en las culturas, asimismo se refieren a la utilización
y transformación del espacio. Dentro de una patrón de asentamiento
hay interacción de las instituciones, en su misma espacialidad se
pueden analizar e interpretar aspectos no materiales y
organizacionales de las sociedades, por ello también para Willey no
existe un determinismo ambiental, sin embargo el medio ambiente
físico afecta la cultura y las acciones humanas (Prieto, 2011, pp.
1-16).
La
construcción del paisaje ambiental tiende a definirse más por lo
que se realiza que por lo que realmente es, este paisaje cultural es
el resultado final de todo lo que media.
Los
patrones de asentamiento brindan ventajas sobre los artefactos pues
al ser elementos mucho más amplios, proporcionan una evidencia
directa del marco general, inclusive las actividades de una región.
En los contextos que se hallaban artefactos se decía que habían
sido dispuestos. De la misma forma se generan niveles de análisis
para estos patrones, iniciando con el nivel regional que analiza la
distribución general de los asentamientos o comunidades en el
paisaje (gran paisaje), este indica de cierta manera la red de
relaciones, la organización política y el entramado cultural; el
nivel comunitario se refiere a las estructuras y su relación con las
áreas de actividad, las técnicas sociales, económicas y rituales;
el nivel de unidades domesticas o habitacionales atañe a la forma en
la que habita cada familia, su ambiente natural y su nivel
tecnológico, además al igual que las demás unidades como se
encuentra organizado el espacio y demás elementos de uso cotidiano.
La
arqueología por su parte con los aportes de Steward y White,
específicamente en el campo metodológico, se encamino hacia un
enfoque neoevolucionista, tomando como principios la confianza en el
desarrollo tecnológico y demás elementos que este trae para
facilitar el trabajo en su área, esto desde la influencia de Estados
Unidos y Europa, esta última afectada por el nacimiento del
evolucionismo unilineal. De igual manera quienes practicaron los
enfoques neoevolucionistas fueron relacionados con incluir los
principios del materialismo cultural (Garreta et al, 2001, p.144).
La
ecología cultural heredo elementos importantes tecnológicamente
como por ejemplo el análisis de suelos, la arqueometría, los
isotopos de carbón (fitolitos y carbón), el desarrollo de mapas con
elementos geográficos y geológicos, los sistemas de información
geográfica, los georadares para identificar asentamientos o sitios
arqueológicos y disminuir a mano alzada los riesgos en excavación.
También, se generaron otros aparatos como el magnetómetro, que
permitieron junto a estos anteriores generar construcciones
hipotéticas de los sitios y dar paso a la interpretación.
Fue
de suma importancia el uso de radiocarbono para fechar los sitios
arqueológicos. Posteriormente una contribución es que en la
arqueología se tomó en cuenta que en una misma región puede
existir gran variedad de diferencias culturales, además de esto que
las adaptaciones pueden variar con rapidez y poseen un carácter de
complejidad bastante amplio (Garreta et al, 2001, p.143). Además en
lo que a la investigación respecta los enfoques desde el punto de
vista determinista, posibilista e interaccionista (Stora, 1994, p1)
fueron de gran apoyo para el análisis y estudio, pues generaban
diversas perspectivas aplicables a los estudios realizados.
En
la actualidad autores como John Murra relatan la importancia de la
obtención de recursos en ciertos pisos altitudinales para el
intercambio de productos de subsistencia, este elemento o factor
llamado verticalidad, desde la arqueología ha sido considerado
dentro de las adaptaciones y como parte de la organización en
relaciones políticas, económicas y territoriales.
Desarrollo
de la ecología cultural
En
el contexto histórico de la ecología cultural, en los años
cincuenta, se genera una visión de mismidad, de ver quiénes somos y
donde nos encontramos, el otro exótico se deja de lado, y se
enfatiza a las sociedades complejas y su urbanización, la otredad
exótica es cuestión del pasado pues los planteamientos como
sociedades simples o tribales, no funcionan para el estudio de las
sociedades complejas que necesitan un modelo distinto.
Posteriormente
por influencia de Steward y White, se reconoce el planteamiento de la
escuela de pensamiento antropológico del materialismo cultural,
asociada especialmente al nombre de Marvin Harris. El materialismo
cultural concebido así como una estrategia para explicar las causas
de las semejanzas y diferencias culturales (Restrepo, p.45). Donde
los elementos materiales explican las condiciones de los seres
humanos y el campo cultural es el ámbito donde se mueven estos
mismos haciendo una plena distinción en las demás especies y la
especie humana.
Es
necesario mencionar que el neoevolucionismo se constituyó como una
respuesta contra el evolucionismo unilineal que tomo grandes espacios
en las ciencias sociales. Gracias a las fuertes críticas del
etnocentrismo y unilinealidad del modelo, algunos antropólogos (como
Steward) quienes apadrinaban este enfoque idearon los mecanismos para
derogar esta teoría y presentar la evolución multilineal para
explicar el proceso de cambio tomando en cuenta contextos
particulares de cada sociedad y cultura.
A
modo de conclusión se deben recalcar diversos elementos: en sus
inicios la antropología como tal subestimo el papel del medio
ambiente, enfocándose con mucha más importancia únicamente en la
historia y sus factores, generando reacciones de otras corrientes del
pensamiento como las difusionistas. La ecología cultural es distinta
a las otras corrientes del pensamiento antropológico, como el
relativismo, neoevolucionismo y el enfoque histórico cultural, pues
introduce al ambiente local como un factor extra cultural.
En
la época de los planteamientos de Steward, existía un concepto de
cultura construido por la ciencia antropológica basado únicamente
en el estudio de las sociedades simples o tribales, a partir de
Steward se considera un poco más el estudio de las sociedades
complejas, sin embargo, no puede decirse que él fue el primero en
idear este tipo de estudios. La ecología cultural plantea un
ambiente en que el trabajo con otras disciplinas puede darse pues en
sus inicios la antropología recibió influencia y aportes de otras
disciplinas como por ejemplo la historia, ciencias naturales y la
geografía. Esto enriquecería los estudios que se realicen con esta
corriente.
Desde
el punto de visto ecológico una especie implica, una forma diferente
de adaptación, respuestas al entorno, acoplarse. La especie humana
logro adaptarse con éxito pues ha alcanzado grandes biomasas, ha
usado la energía, materia orgánica y flujos de información. Esto
también ha creado impacto en el resto del ecosistema y se han
generado desequilibrios en el planeta por la no regulación de los
elementos y utilización de los recursos naturales. Así mismo, la
etnoecología debe razonarse pues cada pueblo o cultura visualiza o
maneja la naturaleza y los recursos naturales de distintas formas.
Por ello, el sentido de pertenencia que estos le den de alguna u otra
forma limita lo que se realice.
Referencias
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